miércoles, 20 de febrero de 2008

Transvalparaíso: El nuevo (des)ordenamiento del transporte público

La implementación en Valparaíso de la reforma al transporte público ha provocado numerosos dolores de cabeza, tanto a los usuarios como a los choferes que tienen que lidiar con una revolución que los ha sobrepasado. Tomando como referente el proceso vivido en la capital y su Transantiago, es de esperar que este reordenamiento del transporte público suscite más de algún resquemor entre quienes tenemos que “beneficiarnos” de este nuevo proceso. . El 6 de enero de este año comenzó la marcha blanca de la reforma denominada Transporte Metropolitano Valparaíso, conocida como Transvalparaíso, que vendría a mejorar sustancialmente la calidad de los servicios del transporte público. En el papel es un proyecto que goza de gran aceptación, puesto que entre sus principales ejes se destacaba la modernización de los buses para entregar un servicio de mejor calidad; acabaría con la inestabilidad de los conductores al otorgar un contrato con sueldo y horario fijo, a fin de acabar con la modalidad del corte de boleto que obligaba a los choferes a, literalmente, correr por los pasajeros para hacerse un sueldo digno; también se implementaría tecnología de punta para regular las frecuencias de los recorridos a través del GPS (Generador de Posición Satelital), lo que garantizaría la fluidez de un sistema de transporte acorde a los tiempos que se viven. En el papel, todo bien. ¿Pero qué pasa en la práctica? Cualquier ciudadano común que ha vivido en Valparaíso habrá notado que de un día para otro las micros empezaron a usar distintos colores, a transitar por otras calles distintas y nadie entendía qué pasaba. Aquí podemos advertir el primer problema de la implementación de esta “marcha blanca”: las autoridades jamás informaron oportuna ni detalladamente en qué consistía la implementación del Transporte Metropolitano Valparaíso. En las bases de la licitación se consignaban algunos puntos que no se cumplieron. A saber: se hablaba de que no habría cambio en los recorridos, siendo que varios de ellos sí sufrieron alteraciones importantes; se hablaba de la exclusividad de los troles por avenida Pedro Montt, lo que sucedió por unos días, pero que, por distintos motivos, no prosperó. Todos mienten aquí y los más perjudicados en estos momentos son los choferes, y el usuario también”, son las duras palabras del sindicalista. El 16 de marzo se cumple la fecha en que se pone fin a la marcha blanca. Desde ahí en adelante las cosas debieran cambiar. Por lo menos es lo que está estipulado en las bases de la licitación, pero vemos que aún falta mucho camino por recorrer. Ni siquiera se ha entregado a los choferes los uniformes que ayudaría a la profesionalización del sistema, eso a más de 2 meses de implementada la marcha blanca. Si no se cumple con algo tan simple como eso, ¿qué se puede esperar para la equipación de los buses con el GPS? Sólo los buses de Placilla y los troles cuentan con esta tecnología, por lo que no se ve para cuándo se cumplan con todo lo establecido en las bases de la licitación. Mientras tanto habrá que exigir a las autoridades respectivas que respondan a estas y otras preguntas que, sin duda, surgirán. Sólo esperamos que las respuestas sean satisfactorias. Para nosotros.



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